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EMILIA PARDO BAZÁN

Emilia Pardo Bazán tuvo una vida rica, aderezada de trabajo y estudio, de participación y protagonismo en la vida pública, profesional y personal.

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Fue una intelectual coruñesa; autora de aproximadamente sesenta manuales, casi setecientos cuentos, tres mil artículos de prensa, conferencias y ensayos; editora de colecciones, directora de revistas -tanto ajenas, como propias- en las que escribe, edita, dirige.Está considerada la mejor novelista española del siglo XIX y una de las escritoras más destacadas de nuestra historia literaria.

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Pardo Bazán fue una abanderada de los derechos de las mujeres y dedicó su vida a defenderlos tanto en su trayectoria vital como en su obra literaria. En todas sus obras incorporó sus ideas acerca de la modernización de la sociedad española, sobre la necesidad de la educación femenina y sobre el acceso de las mujeres a todos los derechos y oportunidades que tenían los hombres.

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Su cuidada educación y sus viajes por Europa le facilitaron el desarrollo de su interés por la cuestión femenina. En 1882 participó en un congreso pedagógico de la Institución Libre de Enseñanza celebrado en Madrid, criticando abiertamente en su intervención la educación que las españolas recibían considerándola una «doma» a través de la cual se les transmitían los valores de pasividad, obediencia y sumisión a sus maridos. También reclamó para las mujeres el derecho a acceder a todos los niveles educativos, a ejercer cualquier profesión, a su felicidad y a su dignidad.

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VIDA

Católica practicante y a la vez feminista radical; aristócrata elitista y, sin embargo, mujer libre; muy conservadora en lo político, pero liberal en sus costumbres, la figura de Emilia Pardo Bazán define con sus paradojas la segunda mitad del siglo XIX.

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Emilia Pardo Bazán nace el 16 de septiembre de 1851 en La Coruña, ciudad que siempre aparece en sus novelas bajo el nombre de "Marineda". Hija única de don José Pardo Bazán y Mosquera y de doña Amalia de la Rúa Figueroa y Somoza, recibe una educación esmerada.

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Lectora infatigable desde los ocho años, a los nueve compuso sus primeros versos, y a los quince su primer cuento. Su formación se completó en la capital de España, donde solía pasar los inviernos la familia, debido a las actividades políticas de su padre, militante en el partido liberal progresista.

El año 1868 supone un hito en la vida de Emilia: "Tres acontecimientos importantes en mi vida se siguieron muy de cerca: me vestí de largo, me casé y estalló la Revolución de septiembre de 1868". Emilia tenía dieciséis años, y su marido, José Quiroga, estudiante de Derecho, veinte. La boda se celebró el 10 de julio en la capilla de la granja de Meirás, propiedad de los padres de la novia. Tuvieron tres hijos.

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El escándalo generado una de sus publicaciones llevó a su marido a pedirle que parara de escribir, lo que provocó la separación del matrimonio. Posteriormente inició una relación amorosa con Benito Pérez Galdós.

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En 1906 llegó a ser la primera mujer en presidir la Sección de literatura del Ateneo de Madrid, así como la primera mujer en ocupar una cátedra de literatura en la Universidad Central de Madrid (a pesar de tener prohibida la educación universitaria a las mujeres). Tuvo que sufrir el boicot de alumnos y profesorados, estando sola en la mayoría de sus clases. Además, fue nombrada Consejera de la Instrucción Pública por Alfonso XIII.

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El 12 de mayo de 1921, una complicación con la diabetes que padecía le provoca la muerte. Al día siguiente, toda la prensa hablaba de la escritora fallecida el día anterior, que fue enterrada en la cripta de la iglesia de la Concepción de Madrid.

 

BIBLIOGRAFIA

(A Coruña, 1851–Madrid, 1921)

“Ellas eran mujeres, seres humanos, que transitan por una calle y que tienen pleno, absoluto derecho a no ser molestados, a cruzar como los demás transeúntes, libremente y tranquilamente.

 

La barbarie primitiva, intacta en lo que se refiere a la mujer, es la única causa de ese acosón feroz, inhumano, que todos los diarios reprueban en términos de energía; pero ninguno se da cuenta del origen de semejante fenómeno, del espíritu general a que responde”.

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